En esos tiempos me asomaba al mundo de las modas y las "pintas".
La última eran los pantalones vaqueros americanos marca "Lee".
Tenían que tener una etiqueta al fondo del bolsillo trasero derecho, alguna otra cosa y lo más importante se podía apagar un cigarrillo en ellos y no se quemaban.
Pero siempre hay un pero, los famosos "Lee" costaban más del doble de un
par de vaqueros nacionales marca "Far West" y éstos eran los que mis padres podían comprarme.
Con toda la rebeldía de mis jóvenes 13 años, me fui a Punta del Este en busca de trabajo y luego de buscar por largo rato. Lo recuerdo como que fuera hoy, en la zapatería "La Opera" me ofrecieron un puesto de cadete.
Mi tarea era bajar y subir del depósito con las cajas de zapatos que me pedían las vendedoras y también ayudar a las compradoras a calzarse distintos zapatos.
Pasaba el día entero en Punta del Este porque el horario era cortado, y mi salario era justito lo que me salían los famosos vaqueros "Lee" ($ 4.000).
Así y aún con la contrariedad de mi padre que consideraba que era una explotación, yo comencé mi primer trabajo.
Al cumplirse el mes y aburrido de probarles zapatos a las viejas pitucas, cobré mi primer sueldo corrí a lo de "Dante" a comprarme mis "Lee" legítimos a toda prueba y por supuesto renuncié al trabajo.
Dicen que sarna con gusto no pica y en este caso fué tal cual, el trabajo no me gustaba pero me gané los vaqueros que quería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario