lunes, 16 de marzo de 2009

El Club del Clan


EL CLUB DEL CLAN
Allá por el año 1962 comenzó en el Canal 13 porteño la fiebre del CLUB DEL CLAN. Un grupo de muchachos y un par de chicas convulsionaron el Río de la Plata con sus canciones. Había terminado la época de La Cantina de la Guardia Nueva en Teleonce, un programa donde habían nacido ídolos como Billy Cafaro. Ahora comenzaba la era del Twist y las románticas canciones de la alegre muchachada del Clan.



Las principales estrellas fueron las muy rubias Jolly Land y Violeta Rivas y los alegres chicos Palito Ortega, Johnny Tedesco, Lalo Fransen, Nicky Jones y el tropical Perico Gómez.
El tango estaba representado por Raúl "Polo" Lavié y Raúl Cobián, el popular "Tanguito".
El programa llegó de inmediato a Montevideo y su impacto fue tremendo. Los barrios comenzaron a mostrar chiquilines que lucían buzos de colorinches como los de Johnny Tedesco y si había calor surgían las camisolas hawaianas impuestas por el petiso Nicky Jones.
Tanto fue su éxito en Canal 4 que Teledoce para hacerle la competencia creó el Smowing Club, una muy digna réplica uruguaya del Club del Clan.
Por los estudios del llamado Canal de las Familias cantaron unos pibes muy jóvenes y entusiastas que enfrentaron a sus porteños competidores.
Los televidentes rápidamente conocieron a Charito, Teddy, Rocky y Julio Cheda junto al muy joven cantor de tangos Rodolfo Serrano.
El Smowing Club le daba guerra al Club del Clan y los productores le agregaron a Leo Francis con sus baladas y a la chica Anabella que seguía el estilo de la italianísima Rita Pavone.
Pero el avance del Clan era demoledor bajo la dirección musical del maestro Osear Toscano que con su orquesta los acompañaba en la TV y también en sus grabaciones con el sello del Perrito, la RCA Víctor.
Los chicos del Clan tenían a Diño Ramos y a Ben Molar como los principales compositores de sus canciones aunque Palito Ortega y principalmente Chico Novarro se destacaban como creativos autores.

La Nueva Ola estaba en su apogeo y el Club del Clan trajo la bandera de los nuevos tiempos a la tranquila Montevideo. Sus integrantes comenzaron a cruzar "el charco" asiduamente y se presentaban con jugosos contratos en los principales nigths clubs de la ciudad y recorrían los balnearios del Este.
En la llamada "la curva del ensueño" de Punta Gorda, en la mítica Chez Cario actuaron en muchas oportunidades Palito, Nicky y Violeta.
La ciudad se sacudía con la presencia de esos cantantes y siempre los invitaban a los principales restaurantes de aquellos años 60. Así fue en el popular "Mario y Alberto" de la calle Constituyente y Tacuarembó, donde las estrellas del Clan almorzaban mientras tras las ventanas se amontonaban fotógrafos y admiradores junto a cazadores de autógrafos.

También actuaron en los bailes de Sud América y al mediodía siguiente Don Roque Santucci los iba a buscar al Hotel Crillón de Andes, donde siempre se hospedaban, para llevarlos a su cantina del barrio Goes. La leyenda y la realidad rodeaban la vida de esos cantantes envueltos en un acelerado éxito. Se comentaba que Palito Ortega había sido en su infancia un muy pobre "changuito cañero" de Tucumán, afirmaban que Nicky Jones había nacido de madre hawaiana y que el tanguero Raúl Cobían "Tanguito", había sido jockey en Palermo y San Isidro. Las fantasías y la realidad . aumentaban la aureola que fascinaba a la juventud del Río de la Plata.

Por esa época el periodista y conductor televisivo Nicolás "Pipo" Mancera tenía su programa "Sábados Circulares" en el tope de la audiencia.
Y con gran visión comenzó a invitar a su larguísimo show a los chicos del Clan y también a sus competidores del uruguayo Smowing Club. Los cantantes comenzaron a actuar por separado y el Club del Clan se quebró en su unidad hasta que finalmente fue levantado de la cartelera televisiva.

Cada uno actuaba por su cuenta y los contratos les llovían desde todos lados.

Con el paso del tiempo y principalmente por la llegada al Río de la Plata de la "beatlemanía" y su rock en inglés, la popularidad de los chicos del Clan, ahora solistas, fue declinando.
Sólo algunos de ellos como Palito Ortega, Violeta Rivas y Chico Navarro lograron mantener una cierta permanencia en unos días ya dominados por la música inglesa y norteamericana.
Los vecinos montevideanos los recuerdan con cariño y cuando nos visitan en la noche del 24 de agosto, llega con ellos la leyenda del Club del Clan.

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