miércoles, 3 de junio de 2009

UNA NIÑEZ FELIZ

publicado el 3/06/09

HABLANDO DE RECUERDOS Y DE ESOS QUE PODEMOS MOSTRÁRSELOS CON ORGULLO A NUESTROS MAS JÓVENES

VAYA ESTE VIDEO QUE LES INVITO A COMPARTIR:
La semana pasada ya que ustedes no me mandan recuerdos suyos, les conté sobre mi niñez y sobre lo que el campo representó siempre para mí.

También les decía y lo repito, que de niño no habrá sido todo color de rosa, pero yo fui feliz.

El amor de mis padres me llenaba, cada uno a su manera, de muchas cosas y momentos lindos.


Ya les dije el otro día que mis recuerdos a veces se me entreveran, pero del montón de cosas que se me vienen a la cabeza, trato de ordenar y elegir lo que quizás les pueda interesar.

Mi madre siempre detrás todo lo que tuviera que ver conmigo (y luego con nosotros) ahorrando cada pesito para llevarme a lo de las hermanas Risso y hacerme hacer pantalones y camisas, vistiendome siempre con una prolijidad, una calidad y un gusto que daban mucho que hablar.
Al principio los trabajos de mi padre lo mantenían lejos de casa parte de la semana (era agente viajero),  yo lo extrañaba mucho, pero sabía que al llegar lo haría con un montón de revistas de aventuras, Roy Rogers, El Llanero Solitario,
Hopalong Cassidy, Red Ryder, el Pájaro loco, Pato Donald y mil más.

Al principio el se sentaba junto a mí y me las iba leyendo, pero esta costumbre de papá hizo que yo a los cuatro años ya leyera solo y bastante bien.

En mi hogar el dinero no sobraba, diría que apenas alcanzaba, pero nunca faltó a la hora de los regalos.
Nunca fui de pedidos desmedidos, pero no recuerdo algo que me gustara y que no haya tenido.

Aquí me ven pocos días después del estreno del triciclo y ya dominándolo como un experto. Recuerdo que en días de lluvia Mamá despejaba el comedor de mesa y sillas, y me lo dejaba libre para que dando giro tras giro con el triciclo yo fuera inventándome grandes carreras.

Ustedes me disculparan, pero mientras tenga que recurrir a mis recuerdos únicamente, mientras siguiendo el ejemplo de unos pocos ustedes no me manden también recuerdos suyos.
Yo me veo obligado a aburrirlos con mis historias y además desordenadas porque como ya les dije soy entreverado para los recuerdos, (quizás hasta alguna ya la haya contado).



Los primeros 5 años de escuela los hice en el Colegio de Varones que estaba en 25 de Agosto entre Maldonado y Curbelo, desde jardinera (con 4 años) hasta cuarto grado. De ahí recuerdo algunas maestras como ser Martha Pereira o la entrañable Maruja, también quería mucho (ya no y yo se muy bien porqué) a la Directora Berta Melo. El padre Rafael Cuadrado que se entreveraba en nuestros partidos de fútbol enredado en su sotana.


La imagen que conseguí es de un carro de panadería, pero en un carro igual repartía la leche, Hugo el lechero que la llevaba a mi casa. Resulta que justo a la hora que yo salía del Colegio el pasaba por allí en su recorrida.
Fueron muchas las veces que me trepé en el carro y aunque demorara más me fui con Hugo haciendo el reparto, recuerdo que Hugo iba caminando con el tarro de leche y el caballo con las riendas atadas iba avanzando y deteniéndose en cada puerta donde Hugo dejaba leche.
El caballo se sabía la clientela. Me parecía y me sigue pareciendo algo increíble.

Después creo que el colegio se fundió o algo parecido y cerró, entonces ingresé en 5º Grado en la Escuela Nro. 3, fui unos pocos días y no logré adaptarme a la escuela, a la Maestra e incluso a los compañeros.

A veces pienso que una de las cosas que más me marcó e influyó en que no me gustara la escuela, fue que unos de los primeros días, en un recreo me ganaran un montón de bolitas y bochones en una partida que yo no quería jugar, pero que medio de prepo me vi forzado a encarar sabiendo cierto que iba a perder.

La semana que viene les seguiré contando, ojala interrumpa mis recuerdos para publicar alguno de otra persona, alguna anécdota o historia.
Nos vemos.
Víctor


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