ENCUENTROS QUE DEBERIAN SER MAS ASIDUOS

Corría el mes de Agosto del 2005 y se me venía el 30 de Setiembre y con el los 50 años, arriba del lomo. Me agarraba en una etapa muy especial, anímicamente estaba con unas ganas bárbaras de festejar junto a los amigos hechos durante esos 50 años. Por otro lado las peladeras eran de aquellas, y además en mi idea de festejo no me andaba con chiquitas, era mucha la gente a invitar y no quería que faltaran los músicos amigos, con los que tantas veces bailé.

LA UNIÓN

No había otro lugar para hacerlo que no fuera la Unión y eso se solucionó gracias a la buena voluntad de la Directiva de aquel momento, con la que me siento aún hoy en deuda. 

Los amigos músicos no me fallaron y apenas les hablé, no sólo confirmaron su presencia sino que se pusieron a ensayar.

A los restantes amigos, el convite se los hice clarito, estaba la Unión como antes, y estaban las orquestas que supieron hacernos bailar tantas veces.

No había que comer, ni que tomar, por lo cual cada uno debería venirse con lo suyo. 

Era toda una apuesta y les juro que media hora antes de la fijada en las invitaciones, a mí me corrían chuchos de temor.

Al fin y al cabo, somos una sociedad conservadora a la que no le gusta mucho que la saquen de lo estructurado. 

Sin embargo (lo cuento y me erizo, se los juro) ¡¡ qué emoción!! impagable, el mejor regalo de mi vida, cuando empezaron a llegar los grupos de amigos con sus heladeritas y sus paquetes y comenzaron a irse ubicando en las mesas de los salones de altos de la Unión.

Aunque la foto se adelante al relato quiero darles una muestra de como se llenó.

Así de lleno estaba, así de emocionantemente enorme, fue la respuesta de familia y amigos.

Algunos como el Hugo Baratta viniéndose de Montevideo.

Otros cambiando horarios en sus trabajos.

Otros invitándose solos, porque yo en toda la locura los había olvidado, pero, por suerte, a ellos no les importó y allí estuvieron. 

Después se vinieron las orquestas, los amigos que a pesar de tiempos sin vernos, dieron su presente y los que nos veíamos todos los días, pero, ni pensar en que nos encontraríamos de vuelta como hacía tanto tiempo, tocando ellos y bailando nosotros.

Oscar Machado, que se portó como un campeón, el Flaco Rubito, Odalis Silva, Julio Correa, "Chacho" Alonzo y en la batería, quien podía ser sino el "Memo".

Y como hacía 30 y pico de años atrás, bailar con mi compañera, mientras resonaban los temas de aquella época y además con el sabor especial de la música en vivo.

Sabor que ningún disco podrá imitar .

El "Toto" con su bajo, el "Memo" en La Batería 

EL Rubianes ............

Realmente era todo un sueño hecho, realidad, y no lo fue sólo para mí.

Durante esa misma noche y durante los días venideros (hasta hoy casi nueve años después) ha sido reiterativo el encontrarme con quienes estuvieron o con quienes se lo perdieron.

Personalmente y telefónicamente, el comentario de todos era y es: ... ¿cuándo te mandas otro festejo? y yo contesto, "primero hay que hacerse socios de la Unión y habría que ver de  pagar algo, porque los músicos una vez me hicieron el regalo, pero, de jiles no los podemos agarrar".

Los músicos que dijeron presente, como músicos y como amigos de toda la vida, Artigas Silveira que con una letra mía escrita a los 14 años y con su musicalización y arreglos ganó un Festival  Nacional de Música Beat. El infaltable José Pablo y los tambores y platillos de Marito, a quien supe bailarle muchas veces, el solo de Sacrificio Soul. 

Si me pongo a nombrar a todos los amigos que estuvieron, sería muy largo y además seguramente me olvidaría de algunos, y no me gustaría, vaya entonces una foto y dos o tres nombres como muestra de lo que fue un hermoso reencuentro de amigos hechos en muy diferentes circunstancias.

GRACIAS:

Al "Nacho" Grieco que apenas se logra ver, por su permanente impulso para que uno haga cosas, y por su Janis Joplin de regalo.

Al "Pelado" Arias por su inquebrantable alegría de vivir y por mil anécdotas juntos.

A  Alexis y al "Tortuga" por estar ese día y por estar ahora con el Semanario.

Al "Goyo" Rodríguez que acompañó mis aventuras en los programas de radio durante la Dictadura y que ese día, con su imponente voz, me leyó una Crónica de Marciano que venía al pelo para la ocasión.

Al  flaco Luis Antonio el indomable "Leandro" a quien mucho tengo que agradecer , aunque ahora con el Semanario, esté en deuda conmigo.

Al  Canario Raúl, que cuando murió Wilson, desde sus sierras me hizo llegar su compañía en el dolor y que al faltar mi viejo, camino conmigo el regreso desde el Cementerio.

A Carmen de León un firme apoyo en todas mis aventuras. 

A la petisa Graciela la única que me llenó todo el formulario para hacerse socia.

A Cristina Machado que volvió a bailar conmigo, 35 años después, el Rock de la Cárcel, con el cuál ganamos juntos un  concurso en un baile de Los Iracundos, en la Unión por supuesto.

A Carlitos Pelaez amigo de tiempos bravos, de reuniones clandestinas y periodismo militante. 

A Walter Alvarez de quien he aprendido mucho de música y de amistad, porque es de los que siempre está y ese día como no podía ser de otra manera, la discoteca que después todo el mundo me elogiaba, fue la de su toque personal y único.

Y se me quedan montones entre los que estuvieron y los que por una razón u otra no lo hicieron y todos, unos y otros tendrán que perdonarme, porque no puedo ni me da el cuero, para seguir tirando nombres y despertando nostalgias de tiempos idos, ricos en compañerismo, solidaridad y entrega.

Ni que hablar de que una oportunidad como esa yo no la iba a dejar pasar sin mandarme un recitado.  Y así fue que envuelto en una golilla de mi viejo ( que fue el regalo de mi madre), todos tuvieron que escuchar algunos versos que recité acompañado por otro amigo Wellington Prates. 

Se imaginan cuantas ruedas de charla hubo, cuantas anécdotas, cuantos recuerdos, cuanto baile.....cuantas EMOCIONES:

Parafraseando al poeta:

  "Gracias a la Vida 

Que Me Ha Dado tanto "

 Víctor