RECUERDOS MIOS-COMISARIO BAJO ARRESTO Y SANCION CON TRASLADO

Republico este recuerdo
Ya les conté que en Febrero de 1978, con Rosario nos vinimos de Montevideo y nos pusimos al frente de una Pizzería y Cervecería llamada el "Shalako".

Abrimos un día Sábado en que empezaba el Carnaval y los bailes en la Unión, nos empezó a ir muy bien desde el inicio y vivíamos llenos de gente principalmente en las noches.
Así llegó el día Jueves, día en que en la Unión se realizaba el baile de disfraces, sin mucha experiencia en el tema pero en un momento de lucidez le comenté al mozo que esa noche podíamos tener algún problema de comportamiento -porque la gente trás una máscara a veces se desubica- entonces convinimos en que si alguién se salía de tono él no lo atendería y me avisaría a mí.

Ya en la madrugada y estando el boliche repleto de gente, en especial matrimonios de adultos y alguna pareja joven, el mozo se me acercó y me dijo que no había tomado el pedido de la mesa 1 porque una de las "mascaritas" tenía los pies cruzados encima de la mesa y no había aceptado bajarlos.
En ese momento la mencionada persona se levanta y viene hasta donde yo estoy y se me queja de que el mozo no lo quiere atender, yo le explico que no lo ibamos a atender hasta que él cumpliera las normas y no pusiera los pies sobre la mesa, entonces en tono altanero me pregunta "¿Ud. sabe quien soy yo?" y yo le contesto que ni se ni me interesa que en mi local las normas las ponía yo. Entonces sacó de un bolsillo un carnet y me lo mostró apenas, pero alcancé a ver que era de la policía.
Entonces le repliqué "ahora menos lo voy a atender porque Ud. no puede hacer esto y voy a denunciarlo de inmediato".
El individuo se retiró ofuscado y algunos matrimonios de los que estaban allí me comentaron que esa mascarita hacía rato que estaba generando problemas en el baile. Yo como había dicho llamé a la Comisaría e hice la denuncia sobre el hecho. De inmediato vinieron dos agentes y junto a ellos fuímos a la Unión para hablar con el Secretario que era Don Luis Plada, porque en los bailes de disfraces había que pasar por la Secretaría y mostrarse para ser autorizado a entrar.
Es entonces que Luis Plada nos dice "¿Uds. saben quien es esa mascarita?", le contestamos que no y nos respondió "es el Comisario Freire  ".
Los dos agentes quedaron palidos, me miraron y me preguntaron que iba a hacer y yo les respondí que a mi no me importaba quien fuera que yo mantenía la denuncia.
Cuando los dos agentes se iban y yo iba entrando a mi local, vi aparecer a toda velocidad la camioneta de la Policía y ya me imaginé la que se venía.
El Comisario Freire de rostro colorado por la embriaguez, se había cambiado de ropa y se había puesto el uniforme oficial, venía acompañado de 4 agentes más y apenas entró hizo poner a todo el mundo con las manos en la pared. Pidió documentos y revisó a los hombres y no recuerdo con que pretexto se llevó detenido al mozo.
Toda la gente quedó asombrada y comentando la desubicación del tipo y la notoria ebriedad en que estaba. Yo cuando pude en un afloje de la gente, me fuí hasta la Comisaría a interesarme  por el mozo. El Comisario Freire ya se había ido y había dejado dicho que fuera a las 7 de la mañana a hablar con él y que el mozo iba a permanecer detenido.
Cuando a las 7 de la mañana me hice presente, luego de hacerme esperar un buen rato me atendió y en forma por demás altanera me dió a entender que si yo no retiraba la denuncia contra él, el mozo iba a pasar 48 horas detenido.
Yo poniendome en el lugar del mozo, pero con una bronca bárbara acepté retirar la denuncia y así logré que soltaran al mozo.
Pero, nunca he sido de los que se detienen ante las barreras y averiguando por un lado y por otro pude saber que los policías no se pueden disfrazar ni aún fuera de servicio y menos uniformarse y armarse en estado de ebriedad.
Era época de Dictadura y tambien me enteré de que los verdes no le tenían (ni tienen) mucha simpatía a los policías.
Resolví entonces que pasado el Carnaval y el incesante flujo de clientes que estabamos teniendo iba a ir a Montevideo y lo denunciaría en la ESMACO (el Estado Mayor Conjunto) máxima autoridad militar de la época.
Esta decisión se la comenté a mi padre y no sé en que circunstancias,pero el viejo hizo un comentario sobre eso en voz alta y algún alcahuete lo sintió.
La cosa es que un día en que llovía torrencialmente (me acuerdo como que fuera hoy) tocan a la puerta de la casa de mis padres (yo vivía con ellos) mi padre atiende y se encuentra con el Comisario Freire cubierto con una capa impermeable- pero ensopado- que venía a hablar con él.
Se sentaron en el living y yo escuchaba toda la argumentación del tipo tratando de convencer a papá de que me aconsejara no hacer la denuncia planeada. Mi padre le contestó que yo era mayor de edad y sabía lo que hacía, y me llamó preguntandome delante de él si yo estaba dispuesto a no hacer la denuncia, a lo que contesté que nada evitaría que la hiciera, que en la mañana iba para Montevideo exclusivamente a eso.
No me pregunten como logré en plena Dictadura que me atendieran, pero, la cosa es que después de repetir varias veces las razones de mi presencia en la Sede del ESMACO, terminó atendiendome un Coronel que tomó nota de todo lo que le relaté.
Yo me volví con la satisfacción de haber ido hasta lo último en defensa de mis derechos, pero sin ninguna esperanza de resultados.
Sin embargo dos días después me enteré que el Comisario estaba con 15 días de arresto a rigor y pasados esos quince días lo trasladaron como sanción a la Comisaría de Las Flores (de muy inferior importancia).-
Esto me causó gran satisfacción, pero ,años después el pudo acomodar el cuerpo y volver, y vaya si se tomó la revancha.
De cualquier forma me agrada recordar que en plena Dictadura hice arrestar y sancionar a un milico prepotente y desubicado.
Víctor