jueves, 8 de mayo de 2014

EL PELOTARIS UN MOSAICO DE GENERACIONES

Publicado el 12 de Diciembre del 2008
EL PELOTARIS
UN MOSAICO DE GENERACIONES


Hemos hablado de segundos hogares, y hemos recordado a la Sociedad Unión como era en nuestro tiempo de adolescentes y jovenes, también hemos descrito lo que era y lo que nos significó a muchos el Liceo de aquellos tiempos.
Es hora de hablar de otro lugar que no sólo fué también un segundo hogar para muchos, sino que además tuvo la especial cualidad de ser un lugar donde interactuaban 3 o 4 generaciones.
Las cosas de la modernidad, ésta que vivimos, que trajo muchos adelantos innegables, pero también muchos chiches superfluos que han terminado encerrándonos y haciendo morir, huecos, casi vacíos, lugares que palpitaban en una intensa vida social.

En el Pelotaris yo entraba a mirar jugar a las bochas (y a veces jugar un poquito), pero, pasaba por una de las mesas a darle un beso a mi abuelo Jacinto- que jugaba su partida de Solo mientras saboreaba una grapita-, seguía por otra mesa donde estaba mi viejo con sus amigos, jugando al Dominó o al Tutte Remate.
A medida que fuí dejando la niñez y convirtiendome en "muchacho" ya empezé ,con otros de mi edad, a jugar al Dominó, a las Damas, al Ajedrez y a veces nos dejaban que, con mucho cuidado fueramos aprendiendo a jugar al billar.
Después vinieron épocas hermosas en las que nos mezclabamos los jovenes como yo, con los veteranos como papá, en partidas de cartas (al Borracho), de Escoba, de Domino, a las Bochas o a la Paleta.
Recuerdo en especial un campeonato de Paleta que se organizó componiendo a las parejas con un joven y un veterano. Mi viejo no era para nada un negado en ese deporte  y además de su buen juego, ponía como en todo-toda su vida-hasta las últimas fuerzas y ganas.-
Mi hermano también se revolvía bastante bien en el juego y creo que hasta algún Campeonato de su Categoría ganó.-
No hubo más que hablar y se inscribieron como pareja, pusieron todo en la cancha, en cada partido, no salieron campeones, pero, anduvieron bien y ganaron algunos partidos donde no eran los favoritos, pero, esa dosis de "garra" que añadían al juego los hacía triunfar.


Había gente -como siempre hay- que veía en el Pelotaris un lugar de vicios y timba que sólo daba malos ejemplos a los jóvenes.- Esa gente estaba muy equivocada, muy errada, en el Pelotaris podría haber gente que tomaba demás, o quienes se jugaban unos pesos a las cartas o al billar.
Pero, en el Pelotaris se aprendían códigos, valores y experiencias, que a los jóvenes nos enseñaban el valor del Respeto, el Honor bien entendido, el valor de la palabra,  y también por supuesto las señales que debíamos saber reconocer para apartarnos de ambientes o juntas inconvenientes.

Una anécdota que nunca olvidaré fué la de un día en que el Pelotaris estaba medio vacío, no estaban ninguno de los amigos de Papá y tampoco de los míos. Yo volví a insistir, una vez más, y lo invité a jugar al Dominó. Yo no jugaba nada bien (nunca fuí muy dotado para esos juegos) y el Viejo era reconocidamente de los buenos, siempre que yo lo invitaba a jugar él se negaba , diciendome socarronamente que no tenía gracia. Y en verdad tenía razón, que gracia le podía hacer jugar conmigo que ponía la primer  ficha que tuviera, a quien llevaba el conteo de las fichas vistas y las "llaves" faltantes.
Pero, ese día quizás como premio a la insistencia o por estar muy aburrido, me aceptó la partida y desparramamos las fichas en una mesa, nos sentamos frente a frente y me tocó salir con el doble 6. Papá empezó a robar fichas del montón buscando no sólo una ficha con 6 (como yo hubiera hecho) sino buscando las "llaves" para dominar el juego.
Pero, resulta que (cosa de la que yo era inconciente) las "llaves" las tenía yo, entonces papá se llenó de fichas y no pudo tomarle la manija a la partida.- Esa mano terminó con Papá cargado de fichas y por lo tanto de puntos, y por ende bastante "calentito".

Comenzamos la segunda mano y para completar la mala liga del Viejo, llegaron el "Turco" Marquez y el "Negro" Pico, ambos amigos de Papá y ambos reyes de la manija, se le pararon detrás y a otra mala mano le sumaron sus comentarios. La cuestión es que yo ligué tan bien que en dos o tres manos terminé ganándole el partido.
Papá se levantó entre las risas y burlas del "Turco" y el "Negro", se fué para casa y estuvo cerca de una semana sin ir al Pelotaris. Porque eso hay que decirlo, el Pelotaris tenía muchas cosas buenas y lindas, pero, era un infierno si te agarraban para darte "manija" y Papá no era de los que aguantaban mucho y sus amigos no dejaban pasar una oportunidad como esa.

En esas épocas se llegó a organizar olimpíadas, compitiendo a todos los juegos que se podían desarrollar en el Club. En una de ellas recuerdo que terminaron empatados mi Viejo y Carlos Plada y para llegar a un desempate hubo que inventar un juego más y se resolvió que corrieran una carrera de esquina a esquina. Mi viejo puntero de los de antes, de los que corrían contra la raya y a gran velocidad, tenía fama de ligero.
Pero, Carlos también sabía ser rápido y hasta había andado entreverado en competencias nacionales de atletismo.-
Y la diferencia de edad también influía, pero, mi Viejo aceptó con su cultivado "espíritu deportista" y con la carrera se decidió definir la olimpíada.
S
e me confunden los recuerdos, he rastreado sin suerte a alguien que se acuerde y no he podido ubicar a Carlos, pero me parece que fué el quien ganó esa carrera.-

Lamentablemente, los que tendríamos que ser orgullosos herederos y buques insignia para las nuevas generaciones, no estamos, no tenemos tiempo, o no nos lo hacemos
(me incluyo) y entonces ese club que fue escuela de vida para nosotros, para nuestros hijos no significa nada, y es triste decirlo,pero, tienen razón, que puede significarles un salón lleno de mesas y sillas vacías.-

Ojalá, como decía el "Toto" sin entrar en politiquería, hubierámos quienes nos hicierámos un tiempo y aceptáramos el desafío de resucitar alguna de esas Instituciones que en sí, serían las mejores armas para luchar contra muchos de los problemas que hoy sufre nuestra sociedad.-
Se que es fácil, sentarse y escribir, yo sólo puedo decir: si alguien me dice que ya hay 9 yo me anoto con el 10 para empezar a hacer algo.
Víctor

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